Trajamos en Líbano desde 2006, apoyando a grupos en condiciones vulnerables en las gobernaciones de Baalbek-Hermel y Akkar mediante intervenciones en materia de gobernanza del agua, educación, seguridad alimentaria, medios de subsistencia y desarrollo local.
El contexto
Desde 2019, Líbano está atravesando una crisis aguda al nivel institucional, social y económico. Se estima que el 80% de la población libanesa vive en la pobreza, y que el 36% reside por debajo del umbral de la pobreza extrema.
La situación, agravada por eventos como la pandemia de Covid-19, la explosión de Beirut, las secuelas de la crisis siria y el conflicto en Gaza, aumenta las vulnerabilidades y profundiza las desigualdades. Desde el 8 de octubre, cuando grupos armados libaneses intervinieron en apoyo de Gaza, las tensiones no han dejado de aumentar a lo largo de la frontera sur, con frecuentes intercambios de disparos y ataques a través de la frontera, lo que ha obligado a muchas familias a huir de sus hogares.
El deterioro de la situación de seguridad también ha alimentado el temor a la violencia, las separaciones familiares y los obstáculos para acceder a servicios esenciales como la educación y las oportunidades de subsistencia.
Nuestra intervención
Llevamos trabajando en Líbano desde 2006, con el objetivo de aumentar la resiliencia de la población capacitando a las comunidades para que evalúen y utilicen sus capacidades y recursos en aras de un crecimiento y un desarrollo que sean sostenibles y adaptados a sus necesidades específicas.
Trabajamos en cuatro áreas principales de intervención
- Gobernanza del agua
- Educación
- Seguridad alimentaria y medios de subsistencia
- Estabilidad social y desarrollo económico local
A través de nuestros proyectos, no sólo abordamos las principales barreras que limitan la productividad y rentabilidad de los sectores agroalimentarios, sino que también reforzamos las capacidades de los agentes institucionales locales para planificar y promover el desarrollo económico regional.